RENUNCIA EL PAPA BENEDICTO XVI

El papa Benedicto XVI anunció ayer, en forma sorpresiva, que dimitirá al papado el 28 de febrero, por lo que será el primer pontífice en renunciar en casi 600 años. Joseph Aloisius Ratzinger, de 85 años de edad, próximo a cumplir 86, leyó su decisión en latín durante una reunión de cardenales en el Vaticano que tuvo lugar ayer por la mañana. Es el primer Papa que dimite de su cargo en casi 600 años.

El papa Benedicto XVI anunció que renunciará el 28 de febrero en curso, porque se siente demasiado débil para seguir. En su línea de romper moldes, como quien no quiere la cosa, Joseph Ratzinger sorprendió ayer al mundo entero al hacer pública su renuncia al papado debido a las limitaciones físicas que le impone su edad. Ya tiene 85 años de edad y cumplirá 86 el próximo 16 de abril. Como buen alemán, Benedicto XVI lo tiene todo previsto: abandonará la jefatura de la Iglesia católica el próximo día 28, exactamente a las ocho de la tarde. Desde ese momento, se trasladará primero al palacio de Castelgandolfo, a 30 kilómetros al sur de Roma, y más tarde a un monasterio de clausura en el mismo Vaticano, en el que será libre de entrar y salir cuando así lo desee.

El hermano mayor del Benedicto XVI, el también religioso y médico Georg Ratzinger, de 89 años de edad, ya retirado, dice que él ya sabía que su hermano iba a renunciar. “La edad oprime”, dijo en declaraciones recogidas por la agencia alemana de noticias DPA y difundidas por la agencia Efe en las que ha comentado que el médico del sumo pontífice había aconsejado al papa no hacer mas viajes transatlánticos. Dijo también que el sumo pontífice tiene cada vez más dificultades para caminar, lo cual complica su vida pública; ha subrayado que “a esta edad el papa quiere más tranquilidad”; y ha destacado que Benedicto XVI se cansa cada vez mas rápido. Retirado ya de la vida activa, Georg Ratzinger fue maestro musical en la catedral de Ratisbona y director del coro infantil catedralicio.

En septiembre de 2011 publicó el libro titulado “Mi hermano el papa”, escrito en colaboración con el periodista alemán Michael Heseman, en el que cuenta, entre otras cosas, la vida religiosa de la familia, estrictamente católica, y de la oposición radical del padre a que los dos hermanos se alistasen en las juventudes hitlerianas durante una época de la II Guerra Mundial.

El vocero de el Vaticano, monseñor Federico Lombardi, informó que recientemente le fueron cambiadas las baterías al marcapasos que ha venido usando el Papa desde hace algún tiempo, pero enfatizó que esto nada tiene que ver con su renuncia.

Si no surgen novedades, la próxima Semana Santa ya podrá haber un nuevo papa. La elección parece más abierta que nunca. La decisión está en manos de 117 cardenales, cinco de ellos españoles, que –a priori– no parecen contar con opción alguna de ser elegidos. Por continente de proveniencia, los electores serán 61 europeos, 19 latinoamericanos, 14 norteamericanos, 11 africanos, 11 asiáticos y uno de Oceanía. Estas cifras pueden variar según la fecha de inicio del cónclave, pues el hecho de cumplir 80 años les excluye de integrar el cónclave.
Las autoridades de la Iglesia Católica de Guatemala se pronunciaron con profunda tristeza al conocer la noticia. El arzobispo metropolitano, monseñor Oscar Julio Vian, indicó que la renuncia del papa Benedicto XVI fue una decisión tomada “con valentía y determinación y como un acto de profundo amor a la Iglesia puesto que se debió a la falta de vigor y de deficiencia en su salud para poder permanecer en sus funciones”. Su decisión contrasta con la que observó su antecesor, el papa Juan Pablo II, quien a pesar del atentado que sufrió y de su precaria salud, permaneció en su cargo hasta que la muerte le llegó.
A continuación, el texto oficial del anuncio en español. El original fue escrito en latín con fecha 10 del mes en curso y entregado a cardenales reunidos para una ceremonia en la que se nombraron tres santos nuevos:

“Queridísimos hermanos, os he convocado a este Consistorio, no solo para las tres causas de canonización, sino también para comunicaros una decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia.

Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino.

Soy muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando. Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de san Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado.

Por esto, siendo muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, sucesor de san Pedro, que me fue confiado por medio de los cardenales el 19 de abril de 2005, de forma que, desde el 28 de febrero de 2013, a las 20.00 horas, la sede de Roma, la sede de san Pedro, quedará vacante y deberá ser convocado, por medio de quien tiene competencias, el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice.

Queridísimos hermanos, os doy las gracias de corazón por todo el amor y el trabajo con que habéis llevado junto a mí el peso de mi ministerio, y pido perdón por todos mis defectos.

Ahora, confiamos la Iglesia al cuidado de su Sumo Pastor, Nuestro Señor Jesucristo, y suplicamos a María, su Santa Madre, que asista con su materna bondad a los padres cardenales al elegir el nuevo Sumo Pontífice.

Por lo que a mí respecta, también en el futuro, quisiera servir de todo corazón a la Santa Iglesia de Dios con una vida dedicada a la plegaria.” (Fin del texto de la renuncia de Benedicto XVI).

El diario de la Santa Sede, L’Osservatore Romanoseñaló dijo en un editorial que Benedicto XVI tomó la determinación de renunciar, con la reserva que nadie pudo romper, tras su visita a México y a Cuba, entre el 23 y el 29 de marzo de 2012, justificando su decisión por su avanzada vejez y excesivo cansancio y dificultad para caminar.

El cónclave para elegir a su sucesor participarán 120 cardenales del Colegio Cardenalicio vaticano que se reunirá en la Capilla Sixtina dentro del complejo vaticano y la elección se realizará no más de 15 o 20 días después de que se produzca la vacante, lo cual significa que podría celebrarse a mediados de marzo. Los prelados reunidos en Roma se alojan en el edificio denominado Domus Santae Marthae (“Residencia Santa Marta”), mandado a construir por Juan Pablo II en el interior de la Ciudad del Vaticano para proveer a los cardenales de un alojamiento apropiado, según se explicó entonces. Los cardenales serán trasladados todos juntos en autobús de la Residencia Santa Marta al Palacio Apostólico en un aislamiento total y para ellos rigen las más estrictas normas del secreto. Aunque ya no se les encierra bajo llave, como se hacía antes, tienen estrictamente prohibido mantener conversaciones telefónicas o correspondencia con el exterior, y los teléfonos celulares y la televisión están vedados en estos días. En 2007 Benedicto XVI modificó las reglas para la elección de su sucesor. En concreto, el sistema de mayorías que establece el texto de 1996 para la elección de Papa, pero dejó vigente todo lo demás. Así, para elegir al sucesor de Benedicto XVI será necesario obtener la mayoría de los dos tercios de los votos de los cardenales electores en todos los escrutinios. Hasta entonces era necesaria esa mayoría, pero si tras el tercer día de votaciones y llegados al 33 o 34 escrutinio no se producían resultados positivos, se decidía seguir por mayoría absoluta. Asimismo, la nueva normativa del papa Ratzinger establece que en caso de que no se produzca en la primera vuelta la mayoría requerida, se producirá una segunda elección entre los dos cardenales más votados, pero éstos no podrán participar en la votación. En lo referente al nombre de los candidatos, debe figurar en la papeleta escrito con una caligrafía distinta a la particular de cada cardenal para que no se pueda identificar al autor, y está prohibido a los electores desvelar a cualquier otra persona noticias sobre las votaciones, antes, durante y después de la designación del nuevo Papa. Después de cada elección se queman las papeletas. La tradición indica que los cardenales provoquen con paja seca o húmeda que el humo sea negro si no se ha elegido Papa, o blanco si la votación ha dado como resultado la elección del nuevo pontífice: es la conocida “fumata negra o fumata blanca”. Una vez que el elegido “acepta su elección canónica”como Sumo Pontífice, el primero de los diáconos -cardenal Protodiácono- anuncia desde el balcón de la Basílica vaticana la elección del nuevo Papa con la tradicional fórmula: con el “Habemus Papam” y este último imparte la bendición “Urbi et Orbe”Si algún cardenal se niega al cargo no se le puede obligar a aceptarlo. El de Papa lleva aparejados, entre otros títulos, el de Sumo Pontífice, Pastor Supremo de la Iglesia Católica, o el de Jefe del Estado Vaticano

Si no surgen novedades, la próxima Semana Santa ya puede haber un nuevo papa. La elección parece más abierta que nunca. La decisión está en manos de 117 cardenales, cinco de ellos españoles, que a priori no parecen contar con opción alguna de ser elegidos. Por continente de proveniencia, los electores serán 61 europeos, 19 latinoamericanos, 14 norteamericanos, 11 africanos, 11 asiáticos y uno de Oceanía. Estas cifras pueden variar según la fecha de inicio del cónclave, pues el hecho de cumplir 80 años les excluye de integrar el cónclave.

Como se podrá suponer, ha quedado cancelada la visita oficial que se ha venido anunciando que le haría en estos próximos días el presidente de la República de Guatemala, general Fernando Otto Pérez Molina, acompañado de un numeroso séquito integrado por importantes hombres de empresa, después de visitar el reino de España para saludar al rey Juan Carlos I de Borbon y al primer ministro Mariano Rajoy. El anunciado propósito de la visita del presidente guatemalteco era para invitarle a visitar Guatemala, pero está visto que, por alguna razón incomprensible, que algunos podrían calificar de jettatore o mala suertea Pérez Molina le han salido mal algunos de sus propósitos desde que asumió la Presidencia de la República el 14 de enero del año pasado.

 Hay varias figuras de la Iglesia Católica que aparecen como candidatos papales, pero ninguno es tan obvio como fue el caso de Benedicto XVI, elegido Papa en 2005 después de la muerte del papa Juan Pablo II tras un largo reinado en el Vaticano.

Se cree que uno de los más probables sucesores de Benedicto XVI será el cardenal Óscar Andrés Rodríguez Madariaga, arzobispo de Tegucigalpa, Honduras, a quien también se le había mencionado previo a la elección de Juan Pablo II. Otros candidatos a suceder a Benedicto XVI podrían ser Timothy Dolan, (Estados Unidos, de 62 años) quien se convirtió en la voz del catolicismo estadunidense tras ser nombrado arzobispo de Nueva York en el 2009. Su sentido del humor y su dinamismo han impresionado al Vaticano, donde suelen faltar esas características. Pero los cardenales son cautos ante la posibilidad de elegir a un “Papa de una superpotencia” y su estilo efusivo podría ser demasiado estadunidense para algunos; Jorge Mario Bergoglio, de Argentina. Nació en Buenos Aires el 17 de diciembre de 1936. Estudió y se diplomó como técnico químico, pero al decidirse por el sacerdocio ingresó en el seminario de Villa Devoto. El 11 de marzo de 1958 pasó al noviciado de la Compañía de Jesús, estudió humanidades en Chile, y en 1960, de regreso a Buenos Aires, obtuvo la licenciatura en Filosofía en el Colegio Máximo San José, en la localidad de San Miguel. Entre 1964 y 1965 fue profesor de Literatura y Psicología en el Colegio de la Inmaculada de Santa Fe, y en 1966 dictó iguales materias en el Colegio del Salvador de Buenos Aires. De 1967 a 1970 cursó Teología en el Colegio Máximo de San Miguel; Joao Braz de Aviz (Brasil, de 65 años) llevó un aire fresco al departamento vaticano de congregaciones religiosas cuando asumió en el 2011. Apoya la preferencia por los pobres en la Teología para la Liberación latinoamericana, pero no los excesos de sus impulsores. Su perfil bajo podría jugarle en contra; Marc Ouellet (Canadá, de 68 años) es en la práctica el principal director de personal del Vaticano como jefe de la Congregación de Obispos. Alguna vez dijo que convertirse en Papa “sería una pesadilla”. Aunque está bien conectado, el laicismo amplio de su Quebec natal podría resultarle un punto negativo; Gianfranco Ravasi (Italia, de 70 años) ha sido ministro de Cultura del Vaticano desde el 2007 y representa a la Iglesia en los mundos de las artes, la ciencia, la cultura e incluso ante los ateos. Este perfil podría perjudicarlo si los cardenales deciden que requieren a un pastor experimentado más que otro profesor como Papa; Leonardo Sandri (Argentina, de 69 años) es una figura “transatlántica”, nacido en Buenos Aires de padres italianos. Tuvo el tercer puesto en importancia en el Vaticano como su jefe de gabinete entre el 2000 y el 2007. Pero carece de experiencia pastoral y su labor supervisando a las iglesias orientales no es una posición de poder en Roma; Odilo Pedro Scherer, brasileño (nacido en Brasilia, de 63 años) se ubica como el candidato latinoamericano más fuerte. Arzobispo de Sao Paulo, la mayor diócesis en el mayor país católico, es conservador en su nación, pero en otras partes resultaría moderado. El rápido crecimiento de las iglesias protestantes en Brasil podría no beneficiarlo; Christoph Schoenborn (Austria, de 67 años) es un ex estudiante del Papa Benedicto XVI con un acercamiento pastoral que el pontífice no tiene. El arzobispo de Viena figura como papable desde que editó el catecismo de la Iglesia en la década de 1990. Pero algunas posturas cautelosas en materia de reformas y el fuerte disenso de parte de algunos clérigos austriacos no lo favorecen; Angelo Scola (Italia, de 71 años) es un arzobispo de Milán, una plataforma para el papado, y es la principal apuesta de muchos italianos. Experto en bioética, también conoce el Islam como responsable de una fundación para promover el entendimiento entre cristianos y musulmanes. Su densa oratoria podría alejar a los cardenales que busquen un comunicador carismático; Luis Tagle (Filipinas, de 55 años) tiene un carisma que se suele comparar con el del fallecido Juan Pablo II. También es un colaborador estrecho de Benedicto XVI luego de trabajar con él en la Comisión Teológica Internacional. Si bien tiene muchos partidarios, solo se convirtió en cardenal en el 2012 y los cónclaves son cautos frente a los candidatos jóvenes; Peter Turkson (Ghana, de 64 años) es el principal candidato africano. Jefe de la oficina de justicia y paz del Vaticano, es el portavoz de la conciencia social de la Iglesia y respalda la reforma financiera mundial. Mostró un video criticando a los musulmanes en un reciente sínodo vaticano, generando dudas sobre qué piensa del Islam.

 En los dos mil años de historia del Pontificado solamente un papa han renunciado a la dignidad pontificia. Esta renuncia fue la de Pietro del Morrone, san Celestino V (1294-1294), pero no ha sido la únicaSin embargo la abdicación de los pontífices se relaciona con temas políticos o procesos de consolidación de la Iglesia católica frente a otras religiones. Otra renuncia bien conocida es la de Gregorio XII (1406-1415) que ocurrió durante el Cisma de Occidente y contribuyó decisivamente al término del mismo.

Nacido Pietro Angeleri di Murrone, fue el undécimo hijo de Angelo Angelerio y Maria Leone e ingresó, en 1232, como monje benedictino en el monasterio de Santa Maria in Faifoli situado en la diócesis de Benevento, donde mostró una extraordinaria predisposición al ascetismo que le llevó, en 1239, a hacerse eremita en una cueva situada en el monte Morrone donde permanecería durante cinco años. Tras este periodo de total aislamiento, se trasladó con dos compañeros, a una cueva similar en la montaña de Maiella en la región de Abruzos en el centro de Italia, en donde fundó, en 1244, la Orden de los Celestinos, que luego fue  aprobada por el papa Urbano IV en 1264.

Elegido Papa tras un periodo de dos años y tres meses en el que la silla de San Pedro permaneció vacante debido a la división del colegio cardenalicio dividido en dos facciones encabezadas por las poderosas familias Colonna y Orsini, abandonó su retiro y tras su coronación en la ciudad de Aquila, instaló su sede papal en Nápoles, donde hizo su entrada montado en un burro que conducía el fiel aliado de la Iglesia Carlos Ii de Anjou, rey de Nápoles, hijo de Carlos I de Anjou y, por tanto, sobrino de san Luis, y su hijo Carlos Martel de Anjou, nombrado rey de Hungría, por el papa precedente, Nicolás. El nuevo papa tomó como nombre Celestino V. Su pontificado duró pocos meses. Una de sus decisiones más recordadas fue la institución de un jubileo especial, que se celebra todavía cada año a finales de agosto en la Basílica de Santa María de Collemaggio (en la ciudad de L’Aquila), y que es conocido como perdonanza.
Hay agoreros que creen que con la sorpresiva renuncia de Benedicto XVI se están cumpliendo las Profecías de san Malaquías, que consisten en dos textos que se publicaron en 1595 y en 1690 y durante siglos se atribuyeron al arzobispo católico san Malaquías de Marmagh (1094-1148). No obstante, ambos escritos se dieron a conocer siglos después ―cuando muchos de los sucesos predichos ya habían sucedido―, por lo que se han establecido serias dudas sobre su autenticidad.
La “Profecía de los papas” de san Malaquías apareció en 1595 el Lignum vitæ, ornamentum, & decus Ecclesiae (“El árbol de la vida, el ornamento y la gloria de la Iglesia”), publicado por el monje benedictino belga Arnoldo Wion (quien era historiador de su orden). Wion dedicó este libro al rey de España Felipe II. El Lignum vitae es una biografía colectiva de los benedictinos elevados a la dignidad episcopal. Tras unos párrafos sobre la figura de san Malaquías, termina diciendo: “[Malaquías] Escribió varios opúsculos. Hasta el día de hoy no he tenido ocasión de ver ninguno, exceptuando una profecía relacionada con los soberanos pontífices. Puesto que es muy breve, y que yo sepa no ha sido dada a imprimir todavía, y dado que a muchos les complacería conocerla, copio a continuación su contenido”. El libro resultó un éxito comercial en toda la Europa cristiana.

Entre otras profecías, que se atribuyen a san Malaquías es que el último Papa reinará durante la “persecución final” de la Iglesia, De Gloria olivæ o Petrus romanus. Y se supone que el papa “oliva” es Benedicto XVI y su sucesor será el último pontífice antes del final de la Iglesia. En un intento de suavizar el tono milenarista del texto, algunos apologistas han sugerido que en realidad Pedro el Romano es un nombre genérico para todos los papas (en tanto que descendientes del apóstol Pedro) y por tanto no es posible saber cuántos de ellos habrá hasta el fin de los tiempos. También hay quien ha propuesto que el acrónimo SRE no debe usarse en caso genitivo (Sanctæ Romanæ Ecclesiæ) sino en acusativo (Sanctam Romanam Ecclesiam). En este caso se abren tres nuevas posibilidades, pues la traducción posible podría ser.

Sigue una serie de 112 pequeños lemas o frases en latín sin numerar haciendo alusión alegórica a los siguientes 112 papas que gobernarían la Iglesia católica, desde Celestino (1143-1144) hasta un supuesto Pedro el Romano, incluyendo a los antipapas. Se observa que las divisas correspondientes a los papas anteriores a 1595 son mucho menos ambiguas que las sucesivas.

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Pueden hacer click sobre este enlace pero después tendrán que volver a hacer click otra vez donde dice Watch YouTube para ver este AFP, tras de lo cual les aconsejo agrandar la pantalla haciendo click sobre los cuatro puntitos acostumbrados; y, al terminar la parte de la noticia de la renuncia del Papa, podrán ver otros interesantes videos sobre el mismo tema. Y como la vida sigue su curso inexorablemente, también podrán meterse a ver otro video con algunas alegres escenas de la celebración del Carnaval Carioca en el famoso Sambódromo de Río de Janeiro.

Se ha prestado a todo tipo de especulaciones un rayo que cayó en la cúpula de la basílica de San Pedro tras el anuncio del Papa da la vuelta al mundo

Ha dado la vuelta al mundo la imagen de un rayo que cayó sobre la cúpula de la basílica de San Pedro del Vaticano pocas horas después de que el papa Benedicto XVI anunciara su renuncia al Pontificado  convirtiéndose en una de las fotografías más publicadas este lunes por la prensa.

La oportuna captura de esta foto, obra del fotógrafo Alessandro di Meo, ha dado lugar, además, a todo tipo de especulaciones y comentarios en las redes sociales, donde algunos usuarios han aludido a la posibilidad de que el rayo sea fruto de algún tipo de designio divino, tras la primera renuncia de un jefe de la Iglesia católica ocurrida en los últimos siglos.

En la fotografía se puede ver perfectamente como el rayo, que ilumina el cielo nublado y ya oscuro de noche cerrada en Roma, cae sobre la punta de la cúpula de la basílica vaticana de San Pedro, una extraña y curiosa coincidencia que contó con el importante acierto del fotógrafo a la hora de capturar el momento.

Muchas son las circunstancias que han envuelto en el misterio a esta fotografía y al fenómeno atmosférico que la protagoniza, lo que puede contribuir a que quede incluida en los anales de un día ya histórico para el pequeño Estado vaticano, cuyo jefe anunció ayer en latín que dejará el cargo el próximo 28 de febrero.

Esta imagen se produjo solo horas después del anuncio hecho por Benedicto XVI poco antes del mediodía, en un consistorio con cardenales en el Vaticano, y de que el propio decano del colegio cardenalicio, Angelo Sodano, hizo pública la primera reacción oficial en la Iglesia católica tras conocer la noticia.

“Ha sido como un rayo caído a cielo abierto”, dijo Sodano, el primero en confirmar con estas palabras un anuncio que muchos no podían creer al principio, ya no solo por lo poco común, sino también por las dificultades de comprensión por el hecho de que fuera pronunciado por el Papa en una lengua muerta como es el latín.

 

 Twitter: @jorgepalmieri