El título de este blog es una locución latina que significa literalmente: “Así pasa la gloria del mundo” y se utiliza para recordar lo efímero de los triunfos, de los honores y de la riqueza. El origen de la expresión parece provenir de un pasaje de la Imitación de Cristo de Tomás de Kempis (1380-1471) en la que aparece la frase “O quam cito transit gloria mundi” que significa “Oh, qué rápido pasa la gloria del mundo“.
Esta expresión latina se utilizó mucho tiempo durante las ceremonias de la coronación de los nuevos papas, en donde en cierto momento un monje interrumpía el solemne acto mostrando unas ramas de lino ardiendo y cuando éstas se habían consumido decía: “Sancte Pater, sic transit gloria mundi” que en español quiere decir “Santo Padre, así pasa la gloria del mundo”, para recordar al nuevo papa que a pesar de ser también llamado “vicario de cristo, sumo pontífice y santo padre”, es tan mortal como cualquier otro ser humano.
Hoy empleo este latinajo para referirme a las recientes muertes de dos personajes emblemáticos guatemaltecos que han conmovido a nuestra sociedad: el primero la muerte como consecuencia de un problema cardio-respiratorio del genial maestro musical Jorge Álvaro Sarmientos, que comenzó su brillante carrera musical tocando marimba en su natal Santiago Suchitepéquez y después estudió en el Conservatorio Nacional de Música donde se graduó de pianista, luego se graduó del clarinetista y director de orquesta, por lo cual llegó a ser conocido y aplaudido internacionalmente y condecorado por numerosos países. Además fue director del Conservatorio Nacional de Música y durante 37 años fue miembro de la Orquesta Sinfónica Nacional y 20 años fue director titular de la misma. Entre los premios que recibió durante su carrera destacan Las Palmas Académicas de Francia (1976), la Orden Andrés Bello del Gobierno de Venezuela (1990), y la Moneda de Oro de la Asociación Internacional de Conciertode Japón (1988). También recibió 12 primeros premios en el Certamen 15 de Septiembre de Centroamérica y Panamá, de Ciencias y Bellas Artes, en la rama de música. Fue miembro numerario fundador del Colegio de Compositores Latinoamericanos de Música de Arte y también fue galardonado con la Orden del Quetzal de Guatemala, condecoración que devolvió como protesta por el asesinato de tres estudiantes que participaban en una manifestación contra el gobierno de turno. Así mismo, fue miembro fundador de la Escuela Superior de Arte de la Universidad de San Carlos de Guatemala y uno de sus últimos reconocimientos fue la Orden del Sol Nacienteque le otorgó el Gobierno del Japón, en febrero pasado.
Su obra prolífica que está compuesta por más de 100 composiciones, incluye casi toda la gama de música sinfónica: Cinco estampas cackchiqueles (1953), David y Betsabé -poema para orquesta-, Estampas del Popol Vuh, Estampas del Rabinal Achí, El pájaro blanco -las tres en ballet-, Concierto para marimba y orquesta, Oda a la libertad, Ofrenda y gratitud -terremoto de 1976-, Bolívar -oropoema sinfónico para coro, recitante y orquesta-, Responso –Homenaje II en 1977-, Diferencias para violoncello y orquesta -concierto-, Sexteto No. 2 para piano y vientos -su primera obra dodecafónica-, Cuarteto para cuerdas (1966), Homenaje –in memoriam Emilio Arenales Catalán-, Planetarium: La muerte de un personaje, Concierto para violín y orquesta (1971), Reponso Homenaje No.2 (1977), Concierto para cinco timbales y orquesta, Tres cuadros rurales sinfónicos -sobre el poema Tecún Umán, de Miguel Ángel Asturias, entre otros.
Su muerte causó una gran conmoción en los círculos culturales y en los medios de comunicación del país, en los que se han publicado numerosos artículos llenos de reconocimiento a sus méritos y de condolencia por su desaparición que se lamenta profundamente porque fue uno de los más grandes valores musicales que ha tenido Guatemala. Por esta indisputable razón, me permito sugerir al Gobierno de la República que se le de su nombre al Conservatorio Nacional de Música que actualmente ostenta el nombre del maestro Germán Alcántara, quien fue un intérprete del cornetín, marimbista y director de la banda marcial.
El Conservatorio Nacional de Música fue fundado originalmente en 1873 en el Monasterio de Santo Domingo, gracias al patrocinio personal del italiano Juan Aberle Sforza, quien también fue su primer director. En 1922, el Gobierno de la República acordó su reorganización y fue trasladado a la 3a. avenida y 5a. calle de la zona 1, donde se encuentra actualmente. En 1955 se terminó de construir el edificio, y fue inaugurado el 18 de septiembre de ese mismo año. Por falta de mantenimiento, el edificio sufrió fuertes deterioros en el transcurso del tiempo y por causa de los elementos de la naturaleza. El administrador, Omar Franco, explicó que al edificio se le ha dado poco mantenimiento, pero que nunca se previó el deterioro del techo del auditorio. “Poco a poco se fue debilitando, y se abrieron unos hoyos por donde se cuela el agua en tiempos de lluvia”, refirió Franco. Se llegó a temer que se iba a derrumbar el techo de la sala principal. Las autoridades anunciaron a los profesores que ya no podían utilizar el auditorio, pues “se podía caer el techo”. Pero en 1995, el Club Rotario patrocinó la remodelación del auditorio, la cual estuvo a cargo del ingeniero y genial artista Efraín Recinos, quien también fue el autor de las pinturas en las paredes del auditorio.
Actualmente, el Conservatorio Nacional de Música ostenta el nombre del compositor Germán Alcántara, autor del vals La flor del café, de la mazurca Bella Guatemala, de la marcha Libre pensamiento y del vals serenata Dime que me amas. La Enciclopedia Libre Wikipedia dice de él lo siguiente: “Germán Alcántara nació en 1863, se formó en la Ciudad de Guatemala bajo la tutela de Vicente Andrino, Emilio Dressner y Lorenzo Morales. Se destacó como notable intérprete del cornetín, siendo por muchos años integrante de la Banda Marcial de Guatemala. Esta agrupación, fundada por Pedro Visoni y llevada a su primer apogeo por el director alemán Emilio Dressner, se desarrolló muy bien bajo la batuta de Alcántara. En esa misma capacidad sirvió al frente de la Banda de Antigua Guatemala y se desempeñó también como director del Conservatorio Nacional. Como compositor, Alcántara cultivó las instrumentaciones para banda marcial y las piezas pertenecientes a la música de salón, las cuales se caracterizan por su encanto melódico de gran romanticismo. Varias de sus composiciones forman parte del patrimonio musical popular guatemalteco, formando parte del repertorio de las más destacadas marimbas y orquestas de Guatemala durante el siglo XX”. Esto es todo.
Sin menospreciar en lo más mínimo la calidad de Germán Alcántara como intérprete del cornetín, marimbista y director de la banda marcial, bajo ningún punto de vista su trayectoria estuvo a la altura del maestro Jorge Sarmientos, por la extraordinaria capacidad musical y las numerosas composiciones clásicas de este genial músico oriundo de Santiago Suchitepéquez, además de que dió lustre a Guatemala dirigiendo las orquestas sinfónicas de muchos países de América Latina, principalmente en Argentina, Brasil, Venezuela, México y Japón. Países en donde fue sumamente apreciado y en algunos de ellos recibió honrosas condecoraciones. Japón fue uno de los países donde siempre se le recibió con los brazos abiertos desde que compuso una pieza por el 50 aniversario de la explosión de la bomba atómica en Hiroshima. En ese país sus composiciones son interpretadas por varios músicos, entre ellos la famosa pianista Kumi Miyagawa, e incluso grabó un disco compacto con obras de este compositor guatemalteco.
Dicho en pocas palabras, Jorge Sarmientos fue un músico guatemalteco fuera de serie. Además de haber sido una persona sumamente agradable, sencilla y amigable, siempre bromista y con gran sentido del humor, por lo que fue muy querido. Hace dos días expresé mi profunda condolencia a su amada esposa, Matty, a sus amados hijos Jorge, Igor y Mónica, también músicos dignos de ser sus herederos, y a todos sus demás deudos, lo cual hago extensivo a toda Guatemala porque su pérdida es irreparable para la cultura del país. Y hoy ratifico ese sentimiento.
Hace pocos días la señora Roxana Baldetti, vicepresidenta de la República, sugirió que se le cambie nombre al parque La Democracia y en su lugar se le ponga Erick Barrondo, el nombre del joven y esforzado atleta que ganó una medalla de plata en las recientes XXX Olimpíadas de Londres. Sinceramente, creo que con mayor razón se le debe cambiar el nombre al Conservatorio Nacional de Música para que en adelante lleve el nombre del genial maestro Jorge Sarmientos.
Poco tiempo después se produjo la trágica muerte del inquieto y exitoso empresario Joey Habie Nigrín, como consecuencia de un desperfecto en el rotor trasero de su helicóptero, a pesar de que él era un experto piloto tanto de aviones jet como de helicópteros, con muchas horas de vuelo. Pero se cree que, a pesar de que su helicóptero Eurocopter Evolution era el último modelo, la causa de la caída sin control fue debida probablemente a una falla en el eje del rotor trasero que pudo haber sido causado por un golpe que él mismo le dio durante un aterrizaje anterior.
Sobre este personaje hay mucho que decir, sobre todo que era un millonario emprendedor, un brillante hombre de negocios, creativo y exitoso, con importantes empresas textiles e inmobiliarias, que daba empleo a muchos cientos de guatemaltecos, como lo demostró la manifestación de dolor que se produjo en el Cementerio La Verbena cuando se le dio sepultura en el mausoleo judío y cientos de sus trabajadores le formaron valla.
Joey Habie Nigrín tuvo que comenzar desde muy joven a hacerse cargo de las empresas que habían sido creadas por su abuelo y por su padre, Alberto Habie, quien fue vilmente asesinado por los guerrilleros subversivos porque se negó a darles ayuda. Para dar unos cuantos ejemplos, un día se le ocurrió la idea de sacar del lugar donde estaba la empresa textil que heredó y la instaló al principio en el municipio de Mixco, pero como creyó que no era suficiente se trasladó al municipio de Amatitlán. Y en el lugar donde antes estaba la empresa textil, sobre la Carretera Roosevelt, decidió edificar un hotel en ese lugar, aunque todos decían que era una locura porque ese no era un buen lugar para construir un hotel. Y como los intereses bancarios le parecieron demasiado elevados, construyó el hotel Tikal Futura con sus propio dinero, sin ningún apoyo bancario. Y cuando al solicitar los servicios de los camiones de Mixtolisto de Cemento, estos no llegaron cuando habían prometido, decidió comprar sus propios camiones mezcladores de cemento y con ellos comenzó la constucción. Y cuando estaba instalada su empresa textil en Amatitlán se dio cuenta de que le resultaba demasiado cara la electricidad, construyó su propia planta de energía para tener electricidad con bunker a más bajo precio y, al mismo tiempo, distribuirla en los alrededores. Y en vista de que el precio del hilo de algodón para su fábrica textil que compraba del extranjero le pareció demasiado caro, compró grandes extensiones de tierra y sembró algodón para producir algodón y no depender de otros países. Y para que trabajadores viviesen mejor, les construyó innumerables viviendas que pueden verse sobre la derecha cuando se transita en la carretera al Pacífico, y para que no tengan que venir a la capital para hacer sus compras, les construyó un Centro Comercial en los que hay establecimientos comerciales con todo lo necesario.
En pocas palabras, Joey Habie Negrín fue un millonario guatemalteco fuera de serie. Un brillante hombre de negocios que debe servir de ejemplo a todos los demás millonarios del país. Por este medio expreso mis condolencias a su madre, señora Sara Negrín viuda de Habie, a su espoisa, Mariana Diamond de Habie, a sus hijos Daniel Alberto, Alexandra Nicole, Michelle y Uriel y a su hermana Leah de Allen, tíos, cuñados, primos, sobrinos y demás familia. Y hago extensivo mi condolencia a los miles de trabajadores de todas sus empresas. Y, en general, a Guatemala, porque por su muerte se ha perdido un empresario guatemalteco ejemplar. Que descanse en paz.
Twitter: @jorgepalmieri