REINA “SANDRITA”

Sandra Torres Casanova de Colom

La llamo “Sandrita” porque así es como la llama afectuosamente cuando se refiere a ella en público su esposo, el Presidente Constitucional de la República, ingeniero Álvaro Colom Caballeros. Y la llamo “la reina” no porque la considere tal cosa, sino porque parece que está tratando de seguir los pasos de la actual Presidenta de la República Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, porque después de haber sido llamada tradicionalmente “primera dama” (por el hecho de ser la esposa del Presidente de la República), ambiciona ser la primera mujer en la historia de Guatemala que llega a desempeñar el cargo de Presidenta Constitucional de la República. Aunque todavía está por verse si los magistrados de la Corte de Constitucionalidad (CC) aprueban que opte a dicho cargo a pesar de ser la esposa del actual mandatario. Digo que la señora de Colom sigue los pasos de la actual Presidenta de Argentina porque ésta, después de haber sido “la primera dama” argentina y Senadora, durante el mandato de su marido, Néstor Carlos Kirchner Ostoic (hoy difunto), se postuló para desempeñar el más alto cargo de su país, lo cual está permitido por las leyes en ese país sudamericano. Y por su militancia en las filas universitarias y de los “montoneros”, como eran llamados los guerrilleros peronistas en la clandestinidad y su experiencia como Senadora, creyó que le habían dado la capacidad política suficiente para gobernar ese gran país. Y ya hemos visto cómo se alió a los populistas del Grupo Alba que integran el presidente izquierdista de Ecuador Rafael Vicente Correa Delgado, el presidente izquierdista de Bolivia, Juan Evo Morales Ayma, el presidente izquierdista de Uruguay, ex guerrillero “tupamaro” José Alberto Mujica Cordano, quienes siguen las consignas del dictador populista de la República Bolivariana de Venezuela, el nefasto Hugo Chávez Frías.

A pesar de que en nuestro país los secretarios generales de 21 de los 25 partidos políticos inscritos (¡tantos partidos!) han firmado dos o tres veces una especie de “pacto ético” o “pacto de no agresión” con la promesa de cumplir estrictamente la ley y comportarse cordialmente entre sí, sin insultos ni campañas negras, hay motivos de sobra para temer que las próximas elecciones que tendrán lugar en noviembre no van a ser muy cordiales que digamos. No es un secreto que en el país priva el temor de que se está fraguando algún tipo de fraude o acto de prestidigitación política para lograr que los nuevos magistrados de la Corte de Constitucionalidad (CC) no dictaminen que es inconstitucional que se inscriban unos de los numerosos candidatos presidenciales a quienes la Carta Magna prohíbe tácitamente optar a ese cargo por diferentes razones. Sean éstas razonables o no. No creo necesario mencionar a todos los susodichos candidatos que tienen prohibido optar a la Presidencia. Sin embargo, para mencionar solamente a uno, doy como ejemplo el de la señora Sandra Torres Casanova de Colom, esposa del actual mandatario, repito, quien anteayer declaró en el Quiché que ya está pensando en lanzar su candidatura a la Presidencia de la República en vista de que muchas personas se lo están pidiendo, pero antes va a consultarlo con su esposo. Aunque su marido ha venido diciendo socarronamente, con ese estilo que le caracteriza cuando miente, que él no sabe si ella se postulará o no porque dijo: “soy respetuoso de la voluntad de los demás y no puedo influir en sus deseos”. A lo que quienes les conocemos solamente podemos responder: Ah, sí… ¡cómo no! ¿Quién podría creerle que ni siquiera en la intimidad de su alcoba pueden charlar sobre esos planes tan trascendentales? ¡Nadie!

Sin embargo, quienes les conocemos desde antes de que el ingeniero Álvaro Colom Caballeros asumiese la Presidencia de la República, sabemos que ella ya tenía la ambición de llegar a ser Presidenta de la República. Y todo -absolutamente todo- lo que ha venido haciendo en su calidad de “primera dama” (así llamada tradicionalmente por ser la esposa del Presidente de la República) ha sido con el propósito de lograr ese objetivo. Aunque debo reconocer que ha hecho bien en llegar a sectores de la población en extrema pobreza con ayudas aunque sean mínimas, como las famosas “bolsas” con Q300 y los Comedores Solidarios en la capital y en Quetzaltenango, como si únicamente los habitantes de estas dos ciudades tuviesen derecho a recibir esa ayuda. Por otra parte, no creo que ella tenga que consultar a nadie sobre lo que hará porque, como es muy sabido, tiene un carácter sumamente firme y autoritario y no es de las personas que pidan permiso ni consejo para hacer lo que desea. De hecho, durante los tres años que han transcurrido del actual gobierno, muchas personas han creído que es ella realmente quien toma las decisiones políticas importantes o, en otras palabras, que es ella la que gobierna el país, y no él. De ello pueden dar cuenta los ministros de Estado y funcionarios subalternos quienes saben que para permanecer en sus cargos es conveniente estar en buenos términos con ella y quien no lo está más le vale presentar su renuncia para no exponerse a ser despedido con cajas destempladas.

Cristina Fernández viuda de Kirchner

Probablemente yo soy en mínima parte responsable de que ella haya tomado esa determinación -¡lo confieso!- porque en un viaje que hice a Argentina, cuando en Guatemala todavía no habíamos celebrado las elecciones, compré en la fabulosa librería Ateneo de Buenos Aires el libro biográfico Reina Cristina, sobre la esposa del Presidente Néstor Kirchner, escrito por la controversial periodista y escritora Olga Wornat, y al regresar se lo regalé o se lo presté (no recuerdo exactamente) a la señora de Colom, quien por entonces todavía era mi amiga cuando cometí el grave error histórico de escribir y publicar en este blog varios artículos apoyando decididamente la candidatura de su marido, sobre todo después de la primera vuelta electoral y antes de que se llevase a cabo la segunda, en la que compitió con el general retirado Otto Pérez Molina porque yo no estaba de acuerdo en que llegara a la Presidencia otro militar después de que ellos mismos habían decidido dejar el poder en manos de los políticos civiles durante el gobierno de facto del general Óscar Mejía Víctores, y todavía creía en que el ingeniero Colom iba a ser un buen Presidente. Pero el transcurso de los tres años de su gobierno me ha demostrado que me equivoqué. Lo lamento. Pido perdón a mis compatriotas y a mi patria que ojalá me perdone por haber cometido este error.

Esto es lo que dice Internet sobre el libro Reina Cristina de la escritora Olga Wornat:

Portada del libro biográfico de Cristina de Kirchner

En 2005, la periodista y escritora Olga Wornat publicó Reina Cristina, una biografía de Cristina Fernández de Kirchner, que recorría la infancia de la futura mandataria en un hogar de La Plata con madre y abuelo peronistas y padre radical; su primer novio; los años de militancia; el enamoramiento de Néstor Kirchner; la forzada mudanza a Santa Cruz y la habilidad para amasar una envidiable fortuna personal en medio de la debacle económica argentina. Enseguida, los inicios en política de la mano de su marido, la creación del Frente para la Victoria, la decisión y la ambición de una carrera sólida y fructífera, la intimidad de un matrimonio que funcionaba como una empresa.

En ese momento, la sagaz mirada de Olga Wornat desnudó a una mujer fuerte y determinada, que parecía disfrutar del poder, y se animó a imaginarla como Presidenta de los argentinos.
 Efectivamente, el 10 de diciembre de 2007, tras ganar las elecciones presidenciales, Cristina Fernández de Kirchner ingresó en la historia como la primera mujer que llegaba a la más alta magistratura de la Nación por el voto popular. Había superado a Eva Perón. Su marido y compañero fue quien le entregó la banda y el bastón presidenciales.

Hoy, tras la inesperada reciente muerte del ex presidente Néstor Kirchner, la autora actualiza esa historia y, desde la cercanía que le otorgan la amistad y los años de militancia compartidos, cuenta, con veracidad no exenta de emoción, la vida pública y privada de una mujer dedicada por entero a la política. Los años de Cristina como presidenta la muestran con claros objetivos y firmeza en sus decisiones, siempre consensuadas en “la mesa chica” de la que participaba Néstor. Ahora, luego del dramático momento de la muerte del marido y compañero, el hombre con el que compartió treinta y cinco años, se encuentra atravesada por el dolor pero entera, sola frente a la responsabilidad inmensa de gobernar.

A lo que ahora hay que agregar que, no satisfecha con haber sido la sucesora de su marido, la viuda de Kirchner ha expresado su deseo de sucederse a sí misma, o sea que quiere reelegirse. Lo cual también está permitido por la ley en aquel gran país sudamericano. Varios países de la América del Sur están siendo gobernados actualmente por ex guerrilleros, como el ex tupamaro que es presidente de la República Oriental de Uruguay, se sabe que la señora de Kirchner fue guerrillera peronista de extrema izquierda (“montonera”) y que la actual presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, sucesora de Lula da Silva, también fue guerrillera de extrema izquierda. En el gobierno actual de Guatemala están bien incrustados en importantes cargos burocráticos un buen número de ex guerrilleros que, aunque perdieron la guerra en el campo de batalla, la ganaron en las mesas de negociaciones, en algunas de las cuales, por cierto, participó el general Otto Pérez Molina, mismo que hoy es candidato a la Presidencia por segunda vez a quien se le reconoce que tiene las mayores posibilidades de ganar las próximas elecciones presidenciales.

En Guatemala, las mujeres estuvieron muchos años alejadas de las posiciones de mando nacional, pero no se podrán quejar ahora que hay muchas en altos cargos: tenemos a la diputada Ingrid Roxana Baldetti Elías como candidata a la Vicepresidencia de la República en la papeleta del Partido Patriota que encabeza el general retirado Pérez Molina; la licenciada María Eugenia Villagrán de León es Presidenta del Tribunal Supremo Electoral (TSE); hay varias pre candidatas a la Presidencia de la República, como la joven, bella y bien preparada diputada Zury Ríos (¡qué lindas fotos hay en sus mupis! ¡Parece una estrella de cine! Ojalá pongan uno en la esquina de mi casa); las señoras Adela Rosario Camacho de Torrebiarte y Nineth Varenca Montenegro Cottom aspiran a llegar a la Presidencia de la República; hay varias competentes diputadas al Congreso de la República, entre quienes destaca la señora Rosa María Ángel Madrid de Frade; la Fiscal General de la República, doctora Claudia Paz y Paz; la Contralora General de Cuentas, licenciada Nora Segura; la directora de la Defensoría Pública, licenciada Aída Stalling Dávila; la directora de SEGEPLAN, Karin Slowing, etcétera.  Ya sólo falta que ocupe la Presidencia de la República la señora Sandra Torres Casanova de Colom y nos gobierne con los ex guerrilleros otros cuatro años más. Y que Guatemala se una también al Grupo Alba.

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