1.- Alzamiento militar del 13 de noviembre de 1960
Cuando se produjo el sorpresivo alzamiento militar en el Cuartel General de Matamoros, el 13 de noviembre de 1960, el Presidente Constitucional de la República, general Miguel Ramón Ydígoras Fuentes, se encontraba en Quetzaltenango, hospedado en la casa del gobernador Mariano López Mayorical, con su esposa, doña María Teresa Laparra de Ydígoras, y unos miembros de su Estado Mayor Presidencial (EMP), y yo les acompañaba en mi calidad de invitado como periodista y amigo. En las primeras horas muy tempranas de la mañana del 13 de noviembre, el segundo jefe del EMP le tocó la puerta de su habitación para informarle del acontecimiento y le entregó un papel en el que estaba escrita la lista de exigencias que imponían los alzados para que él pudiese continuar a cargo de la Presidencia. Y al terminar de leer esta lista de condiciones, el general respondió: “¡Esos cabrones no me van a obligar a hacer lo que ellos quieran!”, y ordenó el inmediato regreso a la capital por la vía aérea, a pesar de que había sido informado por su piloto, coronel Antonio Batres, de que las instalaciones de la Fuerza Aérea Guatemalteca (FAG) habían sido tomadas por los alzados y en ellas se encontraba detenido el propietario de la finca Helvetia, Roberto Alejos Arzú, amigo y consejero de confianza del presidente. Pero esto no amilanó al general Ydígoras Fuentes y, tras al aterrizar su avión, hizo llamar al oficial que había asumido la jefatura de la FAG y en pocos minutos le convenció de deponer su actitud o de lo contrario iba a llamar en su auxilio a los cubanos entrenados en Helvetia. Lo cual fue suficiente para convencerlo, a cambio de que después no fueran a sufrir ninguna represalia por haberse involucrado en el alzamiento militar. Porque, digan lo que digan ahora los alzados sobrevivientes, ese fue un alzamiento militar o un fallido cuartelazo. Aunque hoy aleguen por los cuatro vientos que sus motivos fueron “nacionalistas y patrióticos”. No digo que sus motivos no hayan podido ser “nacionalistas y patrióticos”, pero ellos no podrán negar que ese fue un alzamiento militar o cuartelazo contra el régimen libremente electo y legalmente constituído. Probablemente estén en lo justo afirmando que no fue propiamente un cuartelazo, porque el Cuartel General de Matamoros no participó oficialmente en el alzamiento.
Algunos que, participaron en esa aventura o, simplemente, están mal informados o despistados, han dicho que fue “la mecha” de ña larga e infructuosa guerra fratricida entre el Ejército Nacional y el ejército irregular guerrillero, que tuvo tres décadas de duración, y que esa guerra principió con el frustrado alzamiento de unos oficiales del Ejército que integraron una organización subversiva clandestina denominada “Cofradía” o “Logia del Niño Jesús” o de “Los Juramentados” y estaban descontentos con algunas medidas y disposiciones del gobierno ydigorista, por lo que se alzaron en armas en el Cuartel General Matamoros. Lo que realmente perseguían esos oficiales no era derrocar al gobierno del Presidente Constitucional de la República, general e ingeniero Miguel Ramón Ydígoras Fuentes, sino obligarlte a tomar ciertas medidas correctivas en su gobierno, entre las cuales las principales eran: 1) clausurar la base militar en la finca Helvetia, en Retalhuleu, donde miles de cubanos anticastristas estaban siendo entrenados por la CIA y oficiales del Ejército de Guatemala para invadir Cuba y derrocar al gobierno comunista de Fidel Castro; 2) destituir al coronel Rubén González Siguí (“Puñalada”) del cargo de ministro de Defensa, y a su hermano, licenciado Carlos González Siguí (“Carolo”), de la Secretaría general de la Presidencia de la República, porque les acusaban de que usaban a soldados para recoger las cosechas en sus fincas de algodón y a pilotos de la FAG para fumigar las plantaciones ubicadas en El Tacatón, frente a donde fueron ametrallados los buques piratas camaroneros mexicanos que pertenecían al Secretario de Agricultura del gobierno de Adolfo López Mateos; a Juan José (“El Canche“) Alejos Arzú, hermano de Roberto, porque tenía fama de ser muy corrupto; y a los coroneles Catalino Chávez, Enrique Gálvez Sobral, Ernesto Molina Arriaga, y el coronel de aviación José Luis Lemus, jefe de la FAG, y algunos otros más; y 3) alejar de su lado a unas personas que, en opinión de los alzados, eran malas influencias para el gobierno, entre ellas el escocés Ian Munn, casado con la hija del presidente, a quien se acusaba de hacer contrabando de whiskey y el doctor Luis Morales Gómez, un banquero colombiano que era muy amigo y asesor del presidente. Cuando se produjo esta situación, el presidente Ydígoras se encontraba en Quetzaltenango y al leer estas exigencias respondió: “¡A mí no me van exigir que haga lo que ellos quieren!” y de inmediato ordenó organizar el regreso a la capital, por la vía aérea, a pesar de que había sido informado por su piloto, el coronel Antonio Batres, de que las instalaciones de la Fuerza Aérea Guatemalteca (FAG) estaban en poder de los alzados y tenían detenido al señor Roberto Alejos Arzú, propietario de la finca “Helvetia”, amigo de confianza y consejero del presidente Ydígoras Fuentes. Pero esto no le amilanó al mandatario y tras aterrizar en la pista de la FAG hizo que llegara a su avión al oficial que había asumido la jefatura de la FAG y le convenció de deponer su actitud amenazándole que de no hacerlo iba a solicitar el apoyo de las tropas de cubanos que estaban siendo entrenados en la finca Helvetia y de los oficiales guatemaltecos que también les estaban entrenando junto con los asesores de la CIA. ¡Ni modo! ¿Qué otra cosa querían? ¿Que no echara mano de todos los recursos a su alcance para sostenerse en el poder al que había llegado por elecciones libres? ¡Pero no es verdad que pilotos norteamericanos o cubanos hayan bombardeado Puerto Barrios para rescatarlo de manos de los alzados! Fueron pilotos guatemaltecos, miembros de las FAG, entre ellos el capitán Danilo Henry (qepd). ¿Y qué otra cosa querían? ¿Que el general Ydígoras Fuentes no tratara de recuperar esa base aérea?
Algunos de los oficiales que participaron en el alzamiento estaban de alta en la base militar del Quiché y por haberse emborrachado y hablar mal del gobierno se encontraban arrestados en el Cuartel General Matamoros de la capital, como el teniente (después abogado) Arturo Chur del Cid y “el Chino” Marco Antonio Yon Sosa, pero el S-4 de la base, capitán Rafael Sesam Pereira estaba también involucrado y para tratar de apoderarse de las instalaciones asesinaron al coronel Lisandro Córdoba Ortiz, el segundo comandante de la base que era un excelente militar originalmente de cuartel, pero luego también graduado en la Escuela Politécnica. Después de haberlo matado salieron huyendo hacia el norte por la carretera al Atlántico para tomar la base militar de Zacapa de la cual se hicieron cargo el teniente Turcios Lima y Alejandro de León, pero en corto tiempo fueron derrotados por las tropas leales a cargo del coronel Peralta Azurdia y huyeron hacia Puerto Barrios. Lo que pasó es que al fracasar el alzamiento del 13 de noviembre, algunos de los oficiales, como “el Chino” Yon Sosa y los tenientes Turcios Lima, Trejo Esquivel, Dedet y Cuellar, huyeron por la carretera al Atlántico y trataron de apoderarse primero de la base militar de Zacapa y después de la base aérea de Puerto Barrios, de las que asumieron el mando los tenientes Turcios Lima y Llerena Muller, respectivamente, pero en corto tiempo fueron derrotados por las tropas leales que encabezaba el coronel Peralta Azurdia, y al tener que evacuar estas bases, primero se refugiaron en la Sierra de las Minas y después cruzaron la frontera de Honduras, donde poco tiempo más tarde entraron en contacto con el embajador de Cuba, quien les puso en contacto con Fidel Castro, quien les dio su apoyo para que derrocaran al general Ydígoras Fuentes y establecieran un régimen de tendencia comunista, como en Nicaragua. En segundo lugar, es mentira que el general Ydígoras haya enviado oficiales del Ejército de Guatemala a participar en la invasión de Bahía de Cochinos, como dijo en una entrevista el abogado Miguel Ángel Villagrán Bracamonte, quien dice que era teniente cuando se produjo el alzamiento y que participó en él. Por cierto que su hermano, el coronel Virgilio Villagrán Bracamonte, que tenía vocación poética, poco tiempo después fue cobardemente asesinado por las FAR en la séptima avenida, frente al edificio del INGUAT.
Aunque es falso que el alzamiento militar del 13 de noviembre de 1960 haya sido el inicio de la confrontación armada entre el ejército irregular guerrillero y el Ejército Nacional, que tuvo más de tres décadas de duración, es verdad que después de que fueron derrotados en la base de Zacapa, sus principales cabecillas, Marco Antonio Yon Sosa, Luis Trejo Esquivel y Luis Augusto Lima, huyeron primero a la base aérea de Puerto Barrios, pero cuando también fueron derrotados ahí, se internaron en la Sierra de las Minas; y cuando se percataron que eso no les iba a conducir a nada positivo, cruzaron la frontera y se pasaron a Honduras, donde trabaron relación con el embajador de Cuba, quien les puso en contacto con Fidel Castro, y éste, con tal de vengarse del general Ydígoras, les proveyó de todo el apoyo necesario: fondos, entrenamiento y variedad de armas de fuego, con la condición de que establecieran en Guatemala un gobierno comunista como el de Nicaragua.
De regreso en la Casa Crema, el presidente Ydígoras tomó las medidas pertinentes para hacerle frente al alzamiento que se había originado en Matamoros, y ordenó perseguir a los alzados, lo cual se hizo exitosamente después de haberse librado en Zacapa una batalla entre las tropas insurgentes y las leales al gobierno encabezadas por el coronel en situación de baja Enrique Peralta Azurdia, quien a la sazón desempeñaba el cargo de Directot del Departamento Agrario Nacional (DAN), pero el general Ydígoras Fuentes lo nombró debido a que gozaba de prestigio por haber sido director de la Escuela Politécnica. Los alzados que se apoderaron de la base de Puerto Barrios estaban al mando del capitán Eduardo Llerena Müller (apodado “El loco” desde que estudiaba en la Politécnica), y controlaron la base militar y de las pistas del aeropuerto, y después celebraron un mitin para tratar de involucrar en el alzamiento a la población civil. Aunque sí participaron varios civiles de tendencia izquierdista, como el periodista y licenciado y periodista Mario René Chávez (“El Remachón”), Fernando Arce Behrens y Edmundo Guerra Teilheimer, quien en algunas oportunidades había actuado como doble agente. Pero esa situación no duró mucho tiempo por las informaciones que transmitía a escondidas el capitán Guillermo Mendoza y gracias a ellas las tropas leales recuperaron Puerto Barrios con el apoyo de aviones de la Fuerza Aérea Guatemalteca (FAG) y les persiguieron hasta que se adentraron en la Sierra de las Minas.
Dos días después del alzamiento del 13 de noviembre, el presidente Ydígoras, que era un hombre demasiado temerario, tomó la decisión de volar a Puerto Barrios y el 15 de noviembre me llamó desde el aeropuerto para invitarme a acompañarle y por haber aceptado estuve a punto de perder la vida. Cuando llegué al aeropuerto militar, el mandatario ya se había adelantado en su Aerocomander, y me dejó para que le siguiera cuando llegara un avión AT-11 de la FAG con el número 505 con varios miembros del Estado Mayor Presidencial, entre ellos Otto Spiegeler Noriega, quien años más tarde llegó a ser ministro de Defensa y Clementino Castillo, que llegó a ser ministro de Educación. Este avión lo piloteaba el entonces teniente de la FAG Carlos Morales Villatoro (hoy general retirado y abogado), y cuando llevábamos volando más de una hora se percató de que nos habíamos quedado sin gasolina, sin luces y sin instrumentos y que no bajaban las ruedas del tren de aterrizaje, y por un verdadero milagro logró ver en la pista las luces de otro avión guatemalteco que estaba siendo estacionado y Moralitos se lanzó a aterrizar en esas condiciones. Nos salvamos milagrosamente después del aterrizaje de panza que se arrastró por toda la pista, pero afortunadamente salvamos la vida.
Lo que es verdad es que dos años después del fracasado alzamiento del 13 de noviembre, un grupo de oficiales, entre ellos Luis Turcios Lima, Marco Antonio Yon Sosa (“El Chino”), Luis Trejo Esquivel, Rodolfo Chacón, Zenón Reina, Augusto Loarca, Alejandro de León, persistieron en su actitud y decidieron fundar el Movimiento Revolucionario 13 de noviembre (MR-13) que en esa forma inició sus operaciones en la Guerra de guerrillas. Pero cuando ocurrió el alzamiento del 13 de noviembre ninguno de ellos tenía en la mente la idea de comenzar una guerra civil, ni, mucho menos, de ideología comunista.
En una entrevista que le hizo el Suplemento Dominical del diario Prensa Libre al ahora abogado y ex teniente Miguel Ángel Villagrán Bracamonte, tratando de denigrar al ex presidente Ydígoras Fuentes con una serie de calumnias, este señor declaró que considera que “la peor decisión que tomó fue “mandar oficiales del Ejército de Guatemala a que participaran en la invasión de Bahía de Cochinos, en Cuba”. ¡Cómo está de despistado! ¿Cómo habría podido el presidente Ydígoras mandar oficiales del Ejército a esa fracasada operación cuando el alzamiento militar del 13 de noviembre fue en 1960 y la invasion a Bahía de Cochinos fue en 1961? O sea que, según este señor Villagrán, la gallina fue antes que el huevo! Por otra parte, no vale la pena tomar en serio una ensarta de tonterías infundadas que se permitió decir sobre el ex presidente Ydígoras Fuentes, en especial la infamia que comete al decir que Ydígoras “mandó a quemar el manicomio, donde murieron más de enfermos”.
Pero sobre estos temas publicaré próximamente algo verdaderamente sensacional e inédito, porque voy a contarles que quien realmente hizo derrocar al general e ingeniero Miguel Ydígoras Fuentes, a la media noche del 31 de marzo de 1962, fue la Defense Intelligence Agency (DIA) del Pentágono, por órdenes del entonces 35º. Presidente de Estados Unidos de América, John Fitzerald Kennedy.
2.- El 123 cumpleaños de mi padre
Si mi amado padre, José Palmieri Calderón, todavía estuviese en este mundo material, hoy habría cumplido 123 años de edad, porque nació el 13 de noviembre de 1887 en el puerto de Valparaíso, República de Chile. Hasta donde quiera que se encuentre su espíritu le envío un beso y un abrazo muy cariñosos, con mi eterno agradecimiento.