Tomo de Wikipedia, la Enciclopedia Libre de Internet, los datos biográficos de este poeta
Uno de los más grandes hombres de letras Latinoamericanas, el laureado periodista, escritor y poeta argentino Juan Gelman falleció el 14 del mes en curso en la Ciudad de México, donde vivió exiliado durante más de 20 años.
En los pocos datos autobiográficos que dejó en su gran producción literaria, dijo: “Empecé a escribir poemas a los nueve años. Claro que fue por una chica. Al principio le mandaba versos de un argentino del siglo XIX, Alma fuerte, pero no me hizo caso. Así que decidí probar yo mismo. Tampoco me hizo caso. Ella siguió por su camino y yo me quedé con la poesía”.
Publicó su primer poema, en la revista Rojo y Negro, hacia 1941, cuando solo tenía once años. Según su recuerdo, comenzaba así: “Al amor, sueño eterno y poderoso/el destino furioso lo cambié”.
El gran periodista y poeta argentino Juan Gelman leyendo uno de sus poemas fue miembro activo del grupo comunista argentino denominado Montoneros organización subversiva a la que perteneció combatiendo a las dictaduras del cono sur, especialmente las de su natal Argentina. Se le llamaba “el poeta de la justicia y el destierro”.
Nació en Buenos Aires el 3 de mayo de 1940, en un barrio de fuerte identidad judía, y falleció en la Ciudad de México el 14 de enero en curso, a la edad de 84 años. Fue el tercer hijo (el único nacido en Argentina) de un matrimonio de inmigrantes judíos ucranianos, José Gelman y Paulina Burichson. Aprendió a leer a los 3 años y pasó su infancia andando en bicicleta, jugando al fútbol y leyendo. Comenzó a escribir poemas de amor cuando tenía ocho años y publicó el primero a los once (1941) en la revista Rojo y Negro.
Realizó sus estudios secundarios en el Colegio Nacional de Buenos Aires. A los quince años ingresó a la Federación Juvenil Comunista. En 1948 comenzó a estudiar la carrera de Química en la universidad de Buenos Aires, pero la abandonó poco después para dedicarse de lleno a la poesía, fue parte de la corriente llamada Nueva Poesía (1955-1967).
En 1955, fue uno de los fundadores del grupo El pan duro, integrado por jóvenes militantes comunistas que proponían una poesía comprometida y popular y actuaban en cooperativa para publicar y difundir sus trabajos. En 1956 el grupo decidió publicar su primer libro, titulado Violín y otras cuestiones.
En 1959, influenciado por el triunfo de la Revolución Cubana, de la cual al principio fue simpatizante, comenzó a adherir a la vía de la lucha armada en Argentina y a disentir con la postura opuesta del Partido Comunista.
El discurso poético de Juan Gelman se distinguió desde el comienzo por un radicalismo avasallador. Era la suya una poesía peligrosamente atrevida en sus planteamientos políticos y sociales más esenciales, una sentida inconformidad, una suerte de grito a todo pulmón, a pesar de las consecuencias que el gritar de ese modo podía acarrearle al autor. No es de extrañar que fuera a la cárcel por lo menos en dos ocasiones.
Durante la presidencia provisional de José María Guido (del 29 de marzo de 1962 al 12 de octubre de 1963), quien a consecuencia de un golpe de estado sustituyó al presidente Arturo Frondizi, fue encarcelado con otros escritores por pertenecer al Partido Comunista en el marco del plan represivo CONINTES, hecho que provocó movimientos de solidaridad y publicaciones de sus poemas en protesta por su detención. Luego de ser liberado abandonó el Partido Comunista para comenzar a vincularse a sectores del movimiento peronista revolucionario.
Con otros jóvenes que también habían abandonado el Partido Comunista formó el grupo Nueva Expresión y la editorial La Rosa Blindada que difundía libros de izquierda pero rechazados por el comunismo ortodoxo.
En 1966, comenzó a trabajar como periodista en la revista Confirmado. Se desempeñó como jefe de redacción de la revista Panorama (1969), secretario de redacción y director del suplemento cultural del diario La Opinión (1971-1973), secretario de redacción de la revista Crisis (1973-1974) y jefe de redacción del diario Noticias (1974). A Noticias llegó en 1973 desde las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y, según Gelman, transcurrieron allí los mejores momentos de su vida en los medios.
El 12 de octubre de 1973, la organización subversiva Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), de orientación peronista-guevarista, oficializó su fusión con los Montoneros, una organización clandestina de origen peronista y sirvió como secretario de prensa para Europa, hasta su alejamiento de ese grupo y sus tendencias militaristas en 1979.
En la jerarquía montonera Gelman cumplía con una función de alta responsabilidad: era teniente. Cuando abandonó sus funciones sacó un comunicado que expresaba que lo hacía para “proseguir la lucha revolucionaria contra la dictadura y por la liberación del pueblo argentino”. Pero se negó a seguir una misma línea militarista comunista.
El rey Juan Carlos II le coloca la cadena del premio Cervantes
En abril de 1975 viajó a Roma con su compañera de vida de entonces, Lili Massaferro, enviado por la Organización Montoneros para hacer relaciones públicas y denuncias internacionales sobre la violación de derechos humanos en la Argentina, durante el gobierno de Isabel Perón, quien sustituyó a su esposo, el general Juan Domingo Perón (1974-1976). En esa misión se encontraba cuando se produjo el golpe de Estado producido por la Marina de Guerra, el 24 de marzo de 1976, que derrocó a “Isabelita” (la viuda del presidente Juan Domingo Perón que la imouso como su vicepresidente, a pesar de ser una mujer poco preparada a quien había conocido siendo bailarina de folclore argentino en el cabaret de la Ciudad de Panamá denominado Maryland) e impuso un régimen de terrorismo de Estado que causó la desaparición de 30,000 personas. Salvo una breve entrada clandestina a la Argentina en 1976, Gelman permaneció exiliado residiendo en Roma. Madrid, Managua, París, Nueva York y la Ciudad de México y trabajando como traductor de la UNESCO.
El 26 de agosto de 1976 fueron secuestrados por fuerzas militares sus hijos Nora Eva (de 19 años) y Marcelo Ariel (de 20), junto a su nuera María Claudia Irureta Goyena (de 19), quien se encontraba embarazada de siete meses. Su hijo y su nuera desaparecieran nuera junto a su nieta nacida en cautiverio. En 1978 Gelman supo a través de la Iglesia católica que su nuera había dado a luz, sin precisar dónde ni el sexo de su criatura.
El 7 de enero 1990 el Equipo Argentino de Antropología Forense identificó los restos de su hijo Marcelo, encontrados en un río de San Fernando (Gran Buenos Aires), dentro de un tambor de grasa lleno de cemento, asesinado de un tiro en la nuca.
En 1998, Gelman descubrió que su nuera había sido trasladada a Uruguay a través del Plan Cóndor, que vinculaba a las dictaduras sudamericanas y Estados Unidos de América, y que había sido mantenida con vida al menos hasta dar a luz a una niña en el Hospital Militar de Montevideo (capital de Uruguay). A raíz de ello exigió la colaboración de los Estados argentino y uruguayo en la investigación con el fin de hallar a su nieta. Gelman topó con la oposición a investigar del presidente de Uruguay Julio Mario Sanguinetti, con quien entabló un debate público, en el que volvió a ser apoyado por destacados intelectuales y artistas como Günter Grass, Joan Manuel Serrat, Darío Fo, José Saramago, Fito Páez .
En 2000, al mes de asumir el nuevo presidente de Uruguay, Jorge Batlle, la nieta de Gelman, de nombre Andrea (“Andreíta”, como la mencionó en varios poemas) fue encontrada y pudo reunirse con ella. Luego de verificar su identidad con pruebas de ADN, la joven decidió quitarse los apellidos de sus padres adoptivos y tomar los apellidos de sus verdaderos padres, para llamarse María Macarena Gelman García. Y se unió a su abuelo en México, donde radica.
Juan Gelman con su nieta María Macarena Gelman García, ya recuperada
En 1999 Gelman exigió en público al jefe del Ejército Argentino, general Martín Balza, la investigación del secuestro y asesinato de su hijo, aportándole el nombre y documentación sobre el supuesto responsable inmediato del crimen, el general Eduardo Rodolfo Cabanillas.
Luchaba aún por encontrar los restos de su nuera María Claudia Irureta Goyena. Se había fijado 2008 para llevar a juicio oral y público a los militares y civiles acusados de dar muerte a Marcelo Ariel y otras cuatro personas, además de ser responsables de secuestros y torturas de otros 60 ciudadanos en el Centro Clandestino de Detención disfrazado con el nombre Automotores Orletti que realmente era una prisión en la que se practicaban las más crueles torturas.
Las gestiones de Gelman lograron el primer repudio a la dictadura argentina publicado en 1976 en el diario Le Monde, realizado por varios jefes de gobierno y de la oposición europeos, entre ellos los políticos socialistas François Mitterrand, de Francia, y Plof Palme, de Noruega. En 1977 se adhirió al recién creado Movimiento Peronista Montonero, aunque ya con graves disidencias con su conducción y en 1979 lo abandonó por estar en desacuerdo con el verticalismo militarista de la organización y con las negociaciones que su conducción había entablado en Francia con el miembro de la Junta Militar Almirante Emilio Massera, lo cual ocurría a la vez que la misma conducción enviaba militantes de vuelta a la Argentina en el marco de lo que denominaron contraofensiva. Gelman expuso sus argumentos en una carta dirigida a su amigo Rodolfo Puiggrós y en un artículo publicado en el diario Le Monde en febrero de 1979. A raíz de ello, el Movimiento Montoneros acusó a Gelman de traición y le condenó a muerte.
Luego de que el 10 de diciembre de 1983 asumiera el poder en Argentina el gobierno democrático del socialista Raúl Alfonsín continuaron abiertas en Argentina causas judiciales en las que se investigaban supuestos homicidios y otros delitos imputados a la Organización Montoneros, en las que tenía ordenada su captura, por lo cual no regresó al país. Esto ocasionó protestas de escritores de todo el mundo, entre ellos Gabriel García Márquez, Augusto Roa Bastos, Juan Carlos Onetti, Alberto Moravia, Mario Vargas Llosa, Eduardo Galeano, Octavio Paz, etcétera. A comienzos de 1988 la justicia dejó sin efecto la orden de captura y Gelman volvió al país en junio, luego de trece años de ausencia, pero decidió abandonar la Argentina y radicarse en México.
El 8 de octubre de 1989 fue indultado por el presidente Carlos Menem, junto a otros 64 ex integrantes de organizaciones guerrilleras y a los militares acusados de violaciones a los Derechos Humanos. Rechazó la medida y protestó en público contra ella a través de una nota publicada en Página/12 diciendo: “Me están canjeando por los secuestradores de mis hijos y de otros miles de muchachos que ahora son mis hijos”.
“Hay recuerdos que no necesitan ser llamados y siempre están ahí y muestran su rostro sin descanso. Es el rostro de los seres amados que las dictaduras militares desaparecieron”, señaló Gelman al recibir el Premio Cervantes, en España del año 2007. El 25 de abril de 2008 depositó un mensaje en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes de España, el cual se abrirá en el año 2050.
Con la también laureada periodista y escritora polaca-mexicana Elena Poniatowska.
Cuenta la periodista y escritora mexicana Elena Poniatowska, que en una reunión con los zapatistas, una catastrófica tempestad incomodó a todos los invitados, a quienes Gelman suplicó que se dejaran de quejar. Dice Poniatowska: “No sé si los zapatistas tenían una clara conciencia de quién era su ilustre visitante, a lo mejor el poeta que escribió: “Ahí está la poesía de pie contra la muerte era sólo uno más de quienes admiramos al zapatismo. Lo que sí recuerdo es su entereza y su lealtad que lo hizo ir hasta Chiapas a acompañar a los más pequeños para darles –lo supieran o no– el abrigo de su obra clásica, cálida, sencilla y, por tanto, indestructible”.
“Su vida fue eso: lucha constante y honrar la verdad. Encontrar la palabra clara y exacta. La forma en la que se paró Juan ante la vida habla de un hombre completo, un ser, que, como el amanecer, recuerda que podemos nacer cada día. Hay en su mirada y su manera de escribir una esperanza de vida. Una búsqueda y una conquista. Su poesía, es decir su corazón, son acaso la prueba de que no todo está perdido. Su lírica nos habla de no renunciar al mundo, nos habla de la necesidad de no huir de la belleza. De estar más allá del dolor para contemplar el viento siempre por primera vez”.
Después de siete años sin publicar nada, seguramente por la profunda tristeza en que cayó con los crueles asesinatos de sus dos hijos y de su nuera y la desaparición de su nieta, en 1980 dio a conocer el libro Hechos y relaciones, al que le siguieron Citas y comentarios (1982), Hacia el Sur (1982) y Bajo la lluvia ajena (notas al pie de una derrota) (1983). Le siguieron La junta luz (1985), Interrupciones II (1986), Com/posiciones (1986), Eso (1986), Interrupciones-I e Interrupciones-II (1988), Anunciaciones (1988) y Carta a mi madre (1989).
En la década de los 90 publicó Salarios del impío (1993), La abierta oscuridad (1993), Dibaxu (1994), Incompletamente (1997), Ni el flaco perdón de Dios/Hijos de desaparecidos, coautor con su esposa Mara La Madrid (1997), Prosa de prensa (1997) y Prosa de prensa (1999).
En la primera década del siglo XXI publicó Valer la pena (2001), País que fue será (2004); Mundar (2007); De atrásalante en su porfía (2009), Bajo la lluvia ajena (2009), El emperrado corazón amora (2011) y Hoy (2013). Desde ese año, Seix Barral ha empezado a editar toda su obra bajo el título de Poesía reunida.
En su obra Gotán (Gotán quiere decir tango en “verse” o “alberre”, o sea al revés, es una modalidad del lunfardo, del habla popular rioplatense. Su cuarto libro es al mismo tiempo, cierre de su etapa inicial con El pan duro y consolidación de una nueva corriente poética que se conoció como Nueva Poesía.
La nueva poesía hispanoamericana buscaba acercar la poesía al habla popular y a las cosas del hombre y la mujer común, pero sin recurrir al estilo panfletario y directo que había caracterizado a la poesía social de los años 30 y 40, y sobre todo con el compromiso personal. La propuesta poética que sostiene en Gotán es que el poeta mismo debe comprometerse con el cambio del mundo: “ni a irse ni a quedarse, a resistir. El poeta debe ser uno más del pueblo y compartir con el pueblo sus alegrías y tristezas, y sobre todo su suerte”. Es aquí donde su oposición con Pablo Neruda se extrema: “el poeta para Gelman no es el ser elegido de Neruda, sino solamente otra persona común, uno más”.
Gelman introdujo en su poesía el humor y el absurdo como componentes cotidianos del hombre y la mujer del pueblo. En simultáneo, otros poetas latinoamericanos seguían el mismo camino como Nicanor Parra, en Chile, Ernesto Cardenal, en Nicaragua, Roque Dalton García, en El Salvador , Antonio Cisneros en el Perú, Mario Benedetti en Uruguay, Roberto Fernández Retamar en Cuba.
Hasta su muerte vivió en México durante poco más de 20 años, donde fue siempre ampliamente admirado y querido y fue columnista semanal de diario mexicano Milenio y del diario argentino Página/12.
En lo personal, fue un hombre extraordinariamente simpático, con un extraordinario sentido del humor, a pesar de la tragedia que sufrió con la desaparición y asesinato de sus hijos y de su nuera, y el desconocimiento de la suerte que había corrido su nieta, a quien nunca dejó de buscar afanosamente, hasta que ella apareció y vino a vivir con él a México, donde se quitó los nombres que le habían dado quienes la habían adoptado y se puso los verdaderos apellidos de sus padres.
Yo tuve el privilegio de conocerle a través de mis admirados y queridos amigos los escritores mexicanos Juan Rulfo y Octavio Paz y el periodista José “Pepe” Pagés Llergo durante un almuerzo en casa de Pagés Llergo, al que asistió también el genial poeta salvadoreño Roque Dalton García, quien murió asesinado por un grupo guerrillero comunista del Frente Farabundo Martí encabezado por el comandante Fernando Villalobos, máximo dirigente del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), conocido por su seudónimo “Comandante Atilio”, quien le acusó de ser agente de la CIA por el hecho de negarse a ser comunista. Y desde entonces cultivé con él una grata amistad. Gelman coincidía con Paz en que ambos habían sido partidarios de la izquierda radical, admiradores de la República Española y de la Revolución Cubana, pero después se habían desencantado del comunismo. Muchas veces bromeaba con él diciéndole que era uno de los pocos comunistas con quien se podía hablar cordialmente sin tener que soportar su fanatismo, lo cual le hacía gracia y me respondía diciéndome que yo era una de las pocas personas inteligentes con quien se podía hablar a pesar de que nunca había sido comunista ni siquiera por un tiempo.
Por este medio expreso mi más sentida condolencia a su última cónyuge, la señora Mara La Madrid y a su nieta, María Macarena Gelmán García. Al enterarse de su fallecimiento, el actual gobierno argentino de Cristina Kirchner (quien con su esposo el ya difunto expresidente Ernesto Kirchner también habían sido Montoneros en su juventud), decretó tres días de duelo nacional. Que en paz descanse quien fue un brillante hombre de letras, periodista, poeta, escritor y, sobre todo, un entrañable ser humano de gran sensibilidad social y política que tuvo que abandonar su patria perseguido por las dictaduras militares en busca de libertad y encontró refugio en México, como muchos otros latinoamericanos, entre quienes me cuento yo, porque fui exiliado político en tres ocasiones en ese acogedor país.
Twitter: @jorgepalmieri