Me es sumamente grato comenzar hoy una nueva etapa en mis actividades periodísticas de más de 60 años con esta página web en la cual -¡finalmente!- podré tener la libertad necesaria para expresar todo lo que pienso y lo que siento, sin censura de ninguna clase ni intereses económicos, políticos, familiares o sociales, ni algún tipo de reglamento o camisa de fuerza como un Manual de Estilo de elPeriódico que recopiló y redactó el escritor Arturo Monterroso y cuya rigurosa observación obliga a todos los reporteros y columnistas a seguir estrictamente sus estipulaciones. Por ejemplo, cuando yo era columnista y deseaba poner más énfasis en alguna palabra y la escribía con negrita o con letras mayúsculas, no lo permitían los ?correctores de estilo? y la publicaban igual que todas las demás.
Con ese criterio tan cerrado jamás puede haber algún tipo de originalidad o estilo propio en lo que escribe un periodista. Esas reglas tan rigurosas son una de las formas de coartar la libertad de expresión. Pero por más que protesté muchas veces, nunca logré que publicaran mis textos tal como yo los enviaba por correo electrónico. Sin embargo, gracias a Dios de ahora en adelante podré escribir lo que quiera, cuando quiera y como quiera, porque no habrá ningún ?corrector de estilo? que cambie lo que he escrito. ¡Cómo me alegra!
¡Por fin seré libre! Me satisface que por haber sido ?purgado? de elPeriódico de hoy en adelante podré expresarme como yo quiera. Están en un error quienes creen que la censura a los periodistas la ejercen solamente los regímenes totalitarios, particularmente los militares, porque durante mi larga experiencia periodística he conocido diferentes formas de cómo aquí se coarta la libertad de expresión. En una próxima oportunidad contaré algunos casos.
Pasando a otra cosa, quiero informar a mis lectores que el pretexto que esgrimió elPeriódico para dejar de publicar mis columnas es que investigué y publiqué los datos personales de un ignorado lector de 23 años de nombre Juan Manuel Castillo Zamora, quien envió una carta atrevida contra mí a la Sección de Cartas de los Lectores y me han dicho que al ingeniero José Rubén Zamora, mandamás de elPeriódico le causó un gran disgusto. Qué de a tú, uno firma con su nombre todo lo que publica y con ello expone hasta la vida, pero a esos lectores anodinos que nos vituperan todo lo que les da la gana les molesta que uno les investigue y haga del conocimiento público sus datos personales. Pero es falso que haya sido por eso que me despidieron. ¡No es verdad! El verdadero motivo por el cual decidieron impedir que siga publicando mis columnas es que van a apoyar la candidatura presidencial de Rigoberta Menchú y están haciendo los arreglos necesarios para que su compañero de fórmula sea el licenciado Mario Fuentes Destarac, vicepresidente de elPeriódico. ¡Púchica! Van a formar un binomio presidencial como el de Angelina Jolie y Brad Pitt.
No tengo pruebas, pero sospecho que se trata de una consigna del multimillonario financista y filántropo de izquierda George Soros, de nacionalidad norteamericana pero nacido en Budapest, uno de los hombres más ricos del mundo cuya fortuna personal es de miles de millones de dólares y es presidente de la fundación que lleva su nombre. Es el autor del libro La Alquimia de las Finanzas y su más reciente obra es Globalización. A pesar de que es un mito de la especulación financiera, defiende la supremacía de la economía productiva. Me han informado que el actual representante en Guatemala de esa poderosa organización financiera y filantrópica es Ricardo Stein, primo hermano del vicepresidente de la República, Eduardo Stein Barillas, y anteriormente lo fueron primero José Toledo y luego el sacerdote jesuita Gonzalo de Villa. Tengo entendido que desde hace algún tiempo es George Soros quien sostiene a elPeriódico, pero no tengo pruebas. Sin embargo, no me extrañaría que así sea porque ese periódico ha venido sorteando serias dificultades para sostenerse. A tal extremo que, aunque parezca increíble, no tenía fondos el cheque del banco G & T por pinches Q5 mil con el cual me pagaron por mis columnas el mes de agosto del año pasado.